Presta atención al siguiente
vídeo, especialmente a la introducción del alucinante James Morrison:
¿Te has dado cuenta de que a pesar de ser un solo de trombón, a partir del minuto 0'11" suenan dos notas simultáneas y a partir de 0'47", por un breve instante, suenan hasta tres notas al mismo tiempo?¿Pero cómo es esto posible? ¿Los instrumentos de viento no eran
monódicos? Pues sí, lo son, pero como vemos en esta grabación se pueden hackear.
Morrison emplea un par de "trucos" para conseguirlo. Lo primero que hace es
relativamente simple: tras la primera nota que toca con el trombón, al
repetirla, y al mismo tiempo que toca la nota con el trombón, canta otra nota con
su voz. Quizá puede parecer complicado, pero en realidad no lo es tanto (puedes
probar a hacer algo similar silbando y cantando a la vez, con un poco de
práctica es bastante factible).
Muy bien, ya tenemos dos notas
simultaneas. La primera parte de la introducción se basa en estas dos melodías
que discurren paralelamente a distancia de terceras (o mejor dicho de décimas).
Pero al llegar al segundo 0'47", como el propio Morrison señala, se escuchan no dos sino ¡tres notas
simultáneas! Para esto Morrison hace uso de un fenómeno físico conocido como
sonidos combinacionales; y es que en ciertas circunstancias a partir de dos
sonidos se percibe un tercer sonido diferente al producido por las dos fuentes sonoras
originales. La frecuencia de los sonidos combinacionales que se pueden producir
puede ser el resultado de la suma o de la diferencia de las frecuencias de los
sonidos originales, dando lugar a los denominados sonidos adicionales y sonidos
diferenciales respectivamente.
En este caso, al llegar al segundo
0'47" Morrison comienza a cantar una nota
más cercana al bajo que toca con el trombón, momento en el cual casi por arte de magia un sonido adicional más agudo se hace de repente perceptible.
Este efecto no es exclusivo del
trombón, y se puede producir con otros instrumentos. Recuerdo perfectamente el
día en el que una profesora de flauta me descubrió este fenómeno con una
sencillísima demostración que me dejó totalmente estupefacto:
Para entender exactamente lo que pasa vayamos por partes: por una parte toco una nota aguda con la flauta; además hago un glissando descendente con la voz (en mi caso en falsete, pues necesito que sea bastante agudo. Una voz femenina podría hacerlo sin necesidad del falsete). Sorprendentemente al hacer esto se escucha una tercera voz que hace un glissando, ¡pero en dirección opuesta al que he cantado!. Esto ocurre porque al ser notas agudas el sonido combinacional que se percibe es el diferencial, y no el adicional como ocurría en el ejemplo de Morrison. Al hacer un glissando descendente la frecuencia de la nota inferior baja y como la nota que toco es más aguda que el glissando la diferencia entre las dos notas aumenta, por lo que la frecuencia del diferencial también aumenta y se escucha un glissando ascendente.
Como es de esperar este fenómeno
es conocido por los compositores que lo han empleado ocasionalmente, como en
este pasaje del concierto para trombón y orquesta Motorbike Odissey (1988-89) del compositor Jan Sandström que
popularizó Christian Lindberg.
Lindberg es un tipo con personalidad; como explicar si no semejante camisa o este paseo en moto ataviado con un kilt |
De todos modos, y aunque pueda
parecer una técnica contemporánea el uso
del canto simultáneo con el sonido de un instrumento de viento así como la producción de
sonidos combinacionales tiene (al menos) dos siglos de historia. En 1815 C. M. von Weber completaba la versión revisada de
su Concertino para trompa y orquesta que incluye una cadencia con acordes de
este tipo.
Manuscrito de la partitura general del Concertino de Weber. Aparecen varios acordes en los últimos compases de la parte de trompa. |
Parece ser que Weber desconocía
el funcionamiento exacto de estos sonidos, ya que en realidad solo es posible
ejecutar tal y como están notados algunos de los acordes que escribió.
Solo los acordes marcados con una X se pueden ejecutar exactamente tal y como están escritos |
Cuando Weber escribió esta obra, de hecho, el
fenómeno de los sonidos adicionales aún no había sido estudiado. Fue Hermann von Helmholtz
quien en 1865 los describió por primera vez en Sobre las sensaciones del sonido
como una base fisiológica para la teoría de la música.
Helmholtz: Listado de los sonidos adicionales producidos según los diferentes intervalos de los sonidos primarios, en Sobre las sensaciones del sonido |
Los sonidos diferenciales sí que
habían sido descritos con anterioridad. El compositor y teórico Giuseppe Tartini aseguraba que había usado los tonos
diferenciales como método para afinar el violín desde 1714, aunque no publicó
nada sobre el tema hasta 1754. Por aquel entonces, J.-A. Serre (1704–88), J.-B.
Romieu (1723–66), y G. A. Sorge (1703–78) ya habían publicado sendas
descripciones del fenómeno.
Tartini: Trattato di música Descripción del terzo suono (diferencial) al tocar intervalos con dobles cuerdas en el violín |
Desde entonces y hasta nuestros
días los músicos han seguido jugando con este fenómeno que parece casi mágico, aprovechándolo en los más diversos estilos.
Fuentes:
Butler & Green, “From
acoustics to tonpsycologie” en Christensen (ed.), The Cambridge History of
Western Music Theory, CUP
Kirby, P. R., “Horn Chords: An Acoustical
Problem” en The Musical Times,
Vol. 66, No. 991 (Sep. 1, 1925), pp. 811-813
Tartini, G., Trattato di musica,
1754
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