La Sinfonía en re menor
(1886-1888) de César Franck es a menudo
señalada como ejemplo típico de forma cíclica.
En efecto, el motivo de tres notas que escuchamos justo al comienzo del la
sinfonía será el elemento temático que se desarrollará a lo largo del primer
movimiento, pero además será incorporado en los principales temas de los
siguientes movimientos, para volver finalmente en su forma original en la coda
del tercer y último movimiento.
Lo curioso es que este simple motivo melódico de tres notas ya tenía un recorrido en la historia de la música, pues había sido empleado anteriormente por otros compositores.
Así, el leitmotiv del
destino (y el de la anunciación de la muerte, que está asociado a él), de El Anillo del Nibelungo (1869-1874) de Wagner utiliza un motivo similar.
Unos años antes, Liszt había utilzado (y desarrollado) un motivo semejante en su poema sinfónico Les préludes (publicado en 1856).
Sin embargo, según Richard Taruskin estos motivos podrían tener un precedente en el último cuarteto de Beethoven, el cuarteto en Fa Mayor, op. 135. El último movimiento de esta obra está encabezado por la frase “Der schwer gefasste Entschluss” (La difícil decisión), y nos muestra dos motivos (el segundo es una inversión del primero) sobre las palabras “Muss es sein? (¿Tiene que ser?), “Es muss sein!” (¡Debe ser!) [¿otra vez una lucha filosófica?]. Este contexto casi programático podría ser pues el origen del motivo y quizá la razón por la cual otros compositores han empleado un motivo similar en repetidas ocasiones, aunque hay que destacar que si bien el ritmo y el contorno melódico se mantienen en todas las versiones, la relación interválica no siempre es la misma.
Fuente: Taruskin, The Oxford History of Western Music, vol. 3