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02 marzo 2022

Una lección sobre “moti del basso” con Fenaroli y Durante

En la realización de partimenti los esquemas musicales de los que hablamos en otras entradas se codificaban en regole (reglas) de carácter eminentemente práctico y existen numerosos compendios de diversos autores como Furno, Paisiello, Alessandro Scarlatti, etc. En The art of partimento Giorgio Sanguinetti indica que estas regole, independientemente de quien sea su autor, se pueden dividir en cinco categorías:

  •   Axiomas básicos
  •   Regla de la octava
  •   Tratamiento de las disonancias, específicamente de los retardos
  •  Moti del basso
  • Mutaciones de la escala

Hoy nos vamos a fijar en la cuarta categoría, los moti del basso o movimenti, es decir los movimientos de bajo, y tomaremos como guía una de las colecciones de regole más completa, la de Fedele Fenaroli (1730-1810). Fenaroli fue una de las figuras centrales de la tradición del partimento ya que ejerció como profesor a lo largo de 58 años durante los que enseñó a la friolera de 9000 alumnos. Según cuenta Saguinetti

La primera edición de las Regole (1775) no contenía ejemplos musicales, pero de todos modos, el texto remite a un manuscrito no especificado, donde los ejemplos se indican con una combinación de letras. Este manuscrito es la colección de partimenti, que circuló sólo en forma manuscrita durante al menos treinta años.

 

Los movimientos del bajo permitían al intérprete determinar qué intervalos eran convenientes para acompañarlo,  y en la práctica determinaban los schemata que no solo se aplicaban en realización de partimenti sino que constituían el lenguaje musical de la época.

Veamos algunos ejemplos, tomados de uno de esos manuscritos que ya sí incluye breves ejemplos musicales.

Los moti del baso se pueden dividir en movimientos conjuntos, es decir escalas, ya sean  diatónicas o cromáticas, y movimientos disjuntos, que como veremos no son otra cosa que secuencias.

Fenaroli comienza sus movimenti con la escala diatónica ascendente, y nos dice que puede tener varios acompañamientos.

Para cada grado de la escala podemos tener una tercera y una quinta que se cambia a sexta durante el mismo bajo. Como vemos en los ejemplos las voces superiores son invertibles, es decir, pueden intercambiar su posición.

También podemos tener una sucesión de retardos 7 6, en los que la 7ª debe ser preparada por la 8ª (de ahí el pequeño salto de las corcheas que vemos en los siguientes ejemplos). De nuevo las voces superiores son invertibles.

Por último Fenaroli indica que también se puede hacer una sucesión de retardos 9 8, en los que la 9ª debe ser preparada como indica en el breve texto por la 3ª (en el cifrado indicada con una x, que significa 10ª [es decir, una 3ª más una 8ª]). Fenaroli nos muestra aquí dos versiones. En la segunda las voces superiores se van cruzando entre ellas.

 

Estos breves ejemplos muestran un boceto esquemático de la realización, que servía de punto de partida para elaborarlo en improvisaciones y composiciones.

Chopin por Delacroix. Del boceto al cuadro.

Podemos comprobar esta relación directa entre las reglas básicas y práctica musical de los profesionales examinando una obra del maestro de Fenaroli, Francesco Durante (1684-1755). Quizá este nombre tampoco te resulte demasiado familiar pero Durante gozó de gran fama en su tiempo. J. S. Bach, de quien era contemporáneo, copió e interpretó una de sus obras en Leipzig, insertando en medio su propio Christe eleison, BWV 242. Por su parte Rousseau, en su Dictionnaire de musique, se refirió a Durante como “el mayor armonista de Italia, es decir, del mundo”

Fuente

Tomaremos como ejemplo su Messa di Morti (Requiem) en do menor (1747).

Al comienzo del segundo movimiento nos encontramos una escala ascendente en el bajo. Durante decide combinar la segunda y la tercera opción de Fenaroli, es decir, emplea un doble retardo (7 6 y 9 8) en cada grado de la escala, que se articula en una pulsación de corcheas.


A pesar de emplear voces y orquesta la textura es muy simple, ya que son tres voces: la escala ascendente en el bajo doblada por la viola, y las dos voces que realizan los retardos cantadas por las sopranos con un pequeño adorno en semicorcheas para preparar las disonancias, dobladas por los violines con el mismo patrón rítmico que la viola.

Aunque esta combinación de retardos no venía especificada en las regole de Fenaroli, sí que venía en otras como las de Valente. Como indica Sanguinetti

Las reglas del partimento son una obra colectiva— resultado de la estratificación del conocimiento compartido por generaciones de profesores y estudiantes. Consecuentemente no existe un único tratado que las represente por completo; cada colección de reglas, impresa o manuscrita, enfatiza unos aspectos a expensas de otros.

Después de tratar las diversas escalas ascendentes y descendentes Fenaroli nos muestra los moti del baso que involucran saltos. Como dijimos antes estos dan lugar a secuencias donde un fragmento constituye un modelo que se repite a diferentes alturas. En el partimento los modelos para las secuencias eran los más simples posibles: constaban de un solo intervalo (dos notas del bajo). Lo que resulta interesante es la manera en que se describían en las regole: indicando la sucesión de intervalos del bajo. Por ejemplo uno de los movimientos más habituales es el que consiste en cuarta descendente y segunda ascendente (partimento in cui il baso scende di quarta e sale di grado). De este modo el primer intervalo indica el intervalo del modelo y el segundo el intervalo desde la segunda nota del modelo hasta la primera nota de la repetición (no el intervalo al que se transporta el modelo, como aquí, que no se explicita). De este modo el movimiento se puede expresar simplemente como 4 2.

Se trata de un sistema pragmático en el que el simple movimiento del bajo indica las sonoridades a emplear, en este caso terceras y quintas (y octavas) sobre todos los acordes. En los ejemplos del manuscrito se muestran tres posiciones de partida diferentes, con la 8ª, la 3ª o la 5ª en la voz superior.

En este caso, el moto del basso coincide con uno de los esquemas de Gjerdingen, el denominado Romanesca, del que vimos algunos ejemplos aquí), y que normalmente se acompañaba de terceras paralelas descendentes por grado conjunto en las voces superiores. Eso es exactamente lo que hace Durante en su Messa di morti.

En este caso el bajo se encuentra adornado con una breve filigrana rítmica delimitada por la 3ª y la 5ª de cada acorde, y es doblado a la octava por los violines y al unísono por la viola, mientras que las dos sopranos realizan el descenso en terceras sin ningún tipo de ornamento.

 

Fenaroli nos muestra cómo ese movimiento puede ser modificado añadiendo retardos en una de las voces, originando así una alternancia de retardos 4 3 y 9 8. De nuevo se ejemplifica desde tres posiciones iniciales diferentes.

 

Y Durante de nuevo redobla la apuesta y aplica dos retardos simultáneos en su realización, produciendo así una sucesión de retardos 6/4  5/3  y 9/4  8/3.

En este caso Durante emplea un método más para ornamentar el esquema diatónico básico ya que añade alteraciones (mi bemol y fa sostenido) que tonicalizan brevemente el si bemol y el sol del bajo, es decir, funcionan como dominantes secundarias. Las sopranos de nuevo realizan las terceras descendentes sin ornamentación, ahora acompañadas en los violines que realizan un motivo rítmico sobre esas mismas notas. La viola dobla al bajo a la octava. En esencia se trata de una textura a tres voces. A pesar de que algunos de los ejemplos del manuscrito están a cuatro voces la realización de los moti del basso en la práctica muchas veces (diría que de forma mayoritaria) es a tres voces.

Algunos movimientos presentan muchas variantes. El de segunda ascendente y tercera descendente (2 3) es uno de los que más se prestan a diferentes realizaciones. La más elemental alterna sonoridades con sexta y tercera con sonoridades con quinta y tercera. Justo a continuación de este modelo escuchamos la primera variante, en la que al acorde de sexta se le añade también la quinta, alternando así 6/5 y 5/3.

 

Ambas realizaciones son empleadas por Durante en su misa. La primera es elaborada aquí en el conjunto completo, incluyendo el doble coro y la orquesta. Además incluye la imitación del movimiento del bajo en las voces de soprano del coro I (variada por los violines II) y la voz de contralto del coro II (variada por los violines I a la octava).

 

En este otro fragmento Durante emplea acordes 6/5 y añade al modelo un retardo 4 3. De nuevo presenta una textura básica a tres voces en la que los violines realizan una versión ornamentada de la voz de que efectúa el retardo 4 3 (primero tenores y luego contraltos).

 


La siguiente realización de 2 3 emplea un retardo de 9ª que resuelve en la siguiente nota del bajo. En este caso no hay sonoridades de sexta sobre el bajo.

 

 

En este pasaje de Durante encontramos las tres voces estructurales claramente definidas, con el bajo en el continuo doblado por tenores y viola, la voz que realiza los retardos de novena en contralto y violines II a la octava y la otra voz, levemente ornamentada en soprano 2 y violines 1. En el c. 64 cambia la disposición de las voces y se añade una nota de paso en la voz ornamentada de los violines 1.



En este otro pasaje el bajo realiza una pequeña disminución del modelo 2 3. Además, al estar en modo menor el retardo de la novena resulta si cabe todavía más expresivo en ese choque de semitono mi-fa de los compases 16 y 22.


 

Si te fijas en algunos casos el patrón empieza con la tercera descendente en lugar de la segunda descendente. Curiosamente Fenaroli pone ejemplos como si ambos casos fueran diferentes categorías, aunque esencialmente la realización es la misma: alternancia de 6/3 (o 6/5) y 5/3.

Preguntando sobre este particular en un grupo de Facebook dedicado a los schemata el propio Giorgio Sanguinetti comentó que quizás se debía a la diferente situación métrica de dicha alternancia en cada caso, bien comenzando por la segunda ascendente con el acorde 6/3, o comenzando con la tercera descendente y el acorde 5/3.


Para acabar veamos el movimiento de cuarta ascendente y tercera descendente. Este moto del basso también se corresponde con un esquema de Gjerdingen, el denominado Monte principale. Principale hace referencia a que los acordes se encuentran en la posición principal (fundamental), es decir que se acompañan de tercera y quinta. Vemos los ejemplos con diferentes posiciones iniciales.



En este caso Durante elabora bastante el esquema. Por una parte realiza una disminución en el bajo con notas de paso que rellenan los intervalos de 4 3. Además realiza una serie de imitaciones en las voces superiores que demuestran hasta que punto se pueden elaborar patrones aparentemente tan sencillos como la sucesión de acordes en estado fundamental.

 

 

Fenaroli describe unos cuantos movimenti más. Puedes encontrarlos en esta edición de sus regole. También es interesante esta versión comparativa de diferentes ediciones de las regole. Aun así no describe ni mucho menos todas las combinaciones interválicas posibles sino las de uso habitual. En la primera edición de sus regole (1775) explica que

Si se encuentra que faltan reglas, o errores, [los sabios maestros] pueden añadir o modificarlas a su gusto; porque aquí no hemos hecho otra cosa que poner en orden las reglas que son bien conocidas por todos, y dar a los principiantes algo de luz para que no toquen al azar.

El conocimiento de la realización de todos estos moti del basso era algo que se esperaba en un músico profesional en el siglo XVIII, aunque a decir por la anotación que dejó Vivaldi en una de sus partituras parece que no siempre era así.  

"Per li coglioni" 
Para los idiotas [que no saben acompañar una simple
escala descendente en el bajo y necesitan el cifrado]
Fuente 


Puedes encontrar más ejemplos de moti del basso en esta wiki.


Fuentes consultadas:
Sanguinetti, G., The art of partimento, OUP

30 septiembre 2019

Reseña: “Harmony, counterpoint, partimento: a new method inspired by old masters” de Job IJzerman


Muchas veces se critica la enseñanza de la armonía por "emplear actividades anquilosadas en prácticas muy lejanas en al tiempo, excesivamente especulativas y desconectadas del contexto real musical"[1]Como demuestra Job IJzerman en Harmony, counterpoint, partimento: a new method inspired by old masters [OUP 2018] tenemos mucho que aprender de algunas prácticas del pasado, que en realidad tienen muy poco de especulativo.




Llevaba un par de años esperando este libro, desde la presentación que hizo su autor en el pasado EUROMAC (European Music Analysis Conference) y no me ha defraudado. El libro plantea la integración de la rescatada tradición del partimento (de la que ya hablamos en esta entrada) en una clase de armonía y contrapunto y, aunque no se mencione, también análisis.

En los diez últimos años el “partimento” ha ganado importancia en el campo de la teoría de la música, como atestiguan las numerosas publicaciones recientes así como las comunicaciones en conferencias. Partimento se refiere a la tradición napolitana de enseñanza musical del siglo XVIII. Un partimento es un bajo cifrado o no, que sirve como ejercicio para la improvisación al teclado o la composición. A través de la realización de partimenti, los jóvenes aprendices de los conservatorios napolitanos asimilaron el vocabulario musical del imperante estilo galante.
Durante el transcurso del siglo XIX la tradición del partimento cayó en el olvido. Hasta hace aproximadamente diez años era prácticamente desconocida dentro del entorno de la teoría musical. Su resurgimiento vino de la mano del desarrollo de la teoría de esquemas [schema theory]. La teoría de esquemas trata de la replicación (por parte del compositor) y el reconocimiento (por parte de la audiencia) de patrones musicales. Estos incluyen toda clase de secuencias, fórmulas cadenciales, y frases comunes denominadas Romanesca, Prinner, Quiescenza y demás” (pág. xi).


Efectivamente, en el mencionado EUROMAC de hace un par de años me llamó la atención no solo la cantidad de ponencias relacionadas directamente con los esquemas y el partimento, sino también el comprobar cómo los términos Romanesca, Prinner, Quiescenza…ya están incorporados de manera totalmente natural en el lenguaje analítico[2][3]. 

El libro organiza de forma progresiva la dificultad partiendo de elaboraciones a dos voces, para continuar a tres y cuatro voces (Puedes ver el índice completo aquí). Esta elección es no solo reflejo de la inclinación más contrapuntística que armónica que se aprecia a lo largo de todo el volumen, sino que también responde a una de las mayores preocupaciones de IJzerman: la prioridad de la percepción sonora sobre la conceptualización teórica.

Harmony, counterpoint, partimento [HCP] reimagina los axiomas didácticos “de lo simple a lo complejo” y “de lo concreto a lo abstracto”, en comparación con los manuales de armonía. Simple y concreto en el contexto de HCP se refiere a la experiencia, percepción y reconocimiento (…) HCP comienza con realizaciones de la escala a dos voces en terceras y sextas. Gradualmente se introducen esquemas más avanzados en dos y posteriormente tres y cuatro voces. Con respecto a la percepción auditiva, la armonía a cuatro voces es significativamente más compleja que a tres voces. Debido a las dos partes intermedias, la armonía a cuatro voces pierde la transparencia contrapuntística de las texturas a tres voces. Esta falta de transparencia incrementa el nivel de abstracción, especialmente para aquellos que tienden a pensar más de manera melódica que en acordes (pág. xiii).

Cada capítulo se estructura de manera similar:
  • Ejemplo musical extraído del repertorio
  • Análisis/explicación
  • Reducción
  • Relación con esquema, patrón o prototipo
  • Resumen del capítulo
  • Guía para ejercicios
El punto de partida siempre es un ejemplo de una obra musical. La elección de fragmentos me pareció excelente (no solo porque haya coincidido en los ejemplos de algunos esquemas con algunos que comentamos en este blog, como en el Omnibus o en el Monte Romanesca) ya que en todos los casos consigue ilustrar con claridad y de manera muy concisa los aspectos a tratar. Esto no siempre es sencillo pero es fundamental cuando se pretende que la aplicación práctica y no la teoría sea el fin último del aprendizaje.

Combina autores conocidos desde Dowland hasta Chaikovski, pasando por Haydn, Schubert o Mozart con ocasionales ejemplos de otros autores completamente desconocidos (al menos para mí) como Stanley o Greene, cuyos fragmentos se adaptan tan bien al contenido que se expone que se justifica plenamente su inclusión. Además, IJzerman me descubrió un género que no conocía, los Voluntaries (pequeñas piezas para órgano de carácter improvisatorio de uso en servicios religiosos) que representan de manera ejemplar la aplicación práctica de muchos de los procedimientos explicados en el libro.

Cada esquema se acompaña después de un prototipo que servirá de modelo para la elaboración de los ejercicios.

Ejemplo de repertorio, reducción y prototipo del esquema
Third Down Second Up
HCP. pág. 12-13


Se exploran a continuación diferentes elaboraciones de un mismo esquema. Cada capítulo concluye con un resumen de las cosas nuevas aprendidas en el mismo, instrucciones para cada uno de los ejercicios y una sugerencia de análisis de una pieza de repertorio no contenida en el libro.

Los ejercicios de todos los capítulos se encuentran al final de libro, lo cual hace un poco tedioso el tener las instrucciones al final de cada capítulo. Estos se centran como es lógico en los esquemas presentados en cada capítulo aunque a medida que se van explicando, esquemas anteriores comienzan a aparecer intercalados con los nuevos.

Ejercicio a dos voces del capítulo 1



IJzerman indica en el prefacio que los partimenti generalmente estaban orientados para la realización al teclado, pero que puesto que una buena parte de los alumnos carecen de suficiente destreza al teclado la mayor parte de los ejercicios están diseñados de manera que pueden ser cantados o tocados por instrumentos melódicos. Esto se cumple bastante en las realizaciones a dos y tres voces, pero  creo que resultará bastante más complicado una vez que se emplean cuatro voces. Ahí las posibilidades de conducción de las voces se multiplican además de que las texturas, al igual que en la música real, varían en el número de voces en las diferentes secciones.

Algunos de los ejercicios se basan en piezas reales. A veces estas referencias son obvias, pero en otros casos se echa en falta la indicación de la obra original para poder consultar la elaboración original, que seguramente sería igual de instructiva.

Un aspecto destacado del acercamiento de IJzerman es su marcado enfoque contrapuntístico.

HCP toma una perspectiva principalmente contrapuntística. Los intervalos armónicos y acordes son el resultado de la combinación de voces en una textura a dos, tres o cuatro partes. El concepto de inversión de acordes, adoptado tácitamente desde el comienzo en casi todos los libros de texto en uso en la actualidad, se introduce aquí cuidadosamente solo en los últimos capítulos, principalmente como consecuencia del contrapunto invertible. Por ejemplo,  el acorde de sexta sobre el cuarto grado se entiende no como una inversión de una tríada imaginaria sobre el segundo grado, sino como un acorde propio (pág. 12).

Esta es quizás la elección más atrevida y provocativa de la propuesta de IJzerman. El análisis armónico mediante números romanos apenas es usado en el libro (no hace aparición hasta la página 160)[5]En mi opinión, existe un peligro al emplear un enfoque principalmente horizontal que es que el resultado producido carezca de la direccionalidad armónico-funcional propia de la música de este período. Es aquí donde entran en juego las secuencias y los esquemas galantes que incluyen en su propia estructura esa direccionalidad, como resulta evidente en la regla de la octava[3] o en el denominado Tercera descendente segunda ascendente, que no es otra cosa que una elaboración de la secuencia por quintas descendentes.

Personalmente, esta visión contrapuntística me resultó bastante reveladora. Especialmente al comenzar a dos voces de este modo se perciben perfectamente las relaciones melódicas entre las voces, y además cómo estas elaboraciones a dos voces forman también la base de elaboraciones a tres y cuatro voces.

Prescindir de análisis armónico y números romanos supone usar otro sistema de cifrado analítico. IJzerman aclara este punto en el prefacio.

HCP trata por norma a la voz inferior como el fundamento de la armonía. En otras palabras, las voces superiores se apoyan sobre el bajo. Una característica crucial de una nota del bajo es su situación en la escala; por tanto, las notas del bajo se etiquetan con números dentro de circunferencias del ① al ⑦. Las voces superiores se identifican con números con acentos circunflejos del 1ˆ al 7ˆ. (…) Números arábigos indican los acordes (…) Aparte de algunas diferencias menores el sistema en uso aquí se corresponde con la práctica histórica del bajo cifrado (pág. xv)

Para los objetivos del libro el cifrado es suficientemente conciso, aunque resulta un poco molesto que cada autor presente un cifrado diferente (por ejemplo Gjerdingen en Music in the Galant style empleaba ❶ para la voz superior y ① para el bajo[6][7]) y cabe preguntarse si es realmente necesario emplear diferentes notaciones para bajo y melodía, cuando tanto en el texto como en los ejemplos es evidente cuando se habla de uno u otro. Personalmente, una vez que los números acentuados (1ˆ...) están fácilmente disponibles para su uso en el ordenador (antes era muy engorroso añadirlos en cualquier texto o imagen, pero ahora ya se puede descargar una fuente gratuita con esos caracteres), y teniendo en cuenta que ya es una práctica estandarizada en la literatura analítica anglosajona usarlos para identificar notas en relación a la tónica independientemente de su situación en la textura, el añadir una nueva notación me parece innecesario.


Cabe preguntarse también qué supondrá para un estudiante suprimir el análisis armónico en un comienzo. No estoy seguro de que omitir casi por completo las relaciones armónicas en las elaboraciones a dos voces sea una buena idea. Si hasta ahora en la formación del alumno el factor melódico era casi ignorado en favor de una visión eminentemente vertical, ¿no caeremos ahora en el error en sentido contrario, obviando las implicaciones armónicas en texturas a dos voces?

El lector español encontrará alguna terminología con lo que quizá no esté familiarizado como el término Molldur (del alemán Menor-mayor) para designar acordes producidos por intercambio modal (acordes del modo menor empleados en el modo mayor, producidos por el uso de b6ˆ). Personalmente esta terminología me resulta familiar por ser de uso común en Holanda, lugar de procedencia de IJzerman y donde realicé mis estudios, pero reconozco que no la he visto nunca fuera de ese entorno.

Otra terminología me resultó ciertamente cuestionable, como el calificar la 4ª aumentada y la 5ª disminuida como semiconsonancias.

La cuarta aumenta y la quinta disminuida tienen un lugar particular en la armonía de principios del siglo XVIII. Como “semi-consonancias” (“semi-disonancias” sería también apropiado) requieren resolución pero no preparación (pág. 85).
Al igual que la primera vez que me topé con este término, no puedo entender como los autores pueden consideran un intervalo tan inestable como el tritono como (semi) consonancia. La idea de referir el término al uso (justifican la designación de semiconsonancia porque al igual que las consonancias no requiere preparación, aunque sí resolución) para mí no tiene demasiado sentido.

Al igual que en el cifrado, en cuestiones terminológicas encontramos algunas diferencias con Gjerdingen.  Por ejemplo en la clasificación de cadencias.
Gjerdingen, Music in the Galant Style, pág. 466
HCP, pág. 60

Las cadencias señaladas con el asterisco son esencialmente iguales,
pero mientras que Gjerdingen la considera Simple, IJzerman la considera compuesta



El libro se acompaña de una web en la que se pueden escuchar todos los ejemplos. Además, se pueden descargar los ejercicios en pdf y realizaciones de los mismos por parte del autor (las realizaciones no están incluidas en el libro impreso). También en la web se tiene acceso a un breve pero interesante manual para profesores. En él se precisan diferentes maneras de trabajar los ejercicios, casi siempre desde un enfoque práctico que involucre tocar o cantar de manera que los conceptos sean realidades audibles más que constructos teóricos. IJzerman puntualiza incluso que

los ejercicios pueden ser realizados de diversas maneras. Sin embargo, escribirlos de inmediato no es aconsejable: fácilmente degeneran en puzzles y cálculos. Por tanto, en la medida de lo posible los ejercicios deben ser cantados o tocados con los instrumentos de los propios alumnos  (HCP, Manual for teachers, pág. 4)


Ser un músico práctico se basa en gran medida en reconocer patrones. Los esquemas descritos por Gjerdingen y otros concretaron muchos de esos patrones. La propuesta de IJzerman de trabajar directamente sobre estos patrones sin duda ayudará al alumno a asimilarlos de manera efectiva y motivadora, ya que desde el comienzo los resultados están más cerca de ser pequeñas piezas de música real, que ejercicios abstractos.

El partimento ha vuelto para quedarse. Su utilidad, junto con la teoría de esquemas, la demuestran las numerosas aplicaciones de estas herramientas, ya sea en el campo de la improvisación o del análisis (son interesantes las relaciones entre esquemas y tópicos y entre esquemas y estructuras formales). Harmony, counterpoint, partimento llena un vacío que existía en cuanto a la aplicación de estas ideas en al aula, y lo hace de forma práctica y concisa. Una adición muy recomendable para nuestra biblioteca.

________________


Actualización 04/02/22: Una interesante entrevista con el autor:




[1] Mas Devesa, M., "Didáctica de la armonía: Una propuesta basada en el aprendizaje significativo".Tesis doctoral. Facultad de Educación de la Universidad de Alicante, pág. 19-20
[2]
Si bien esta nueva lengua franca resulta en principio bastante útil, uno se pregunta por cuánto tiempo lo será, pues el limitado listado de Gjerdingen de 2007 se ha visto ampliado desde entonces con innumerables nuevas propuestas de múltiples investigadores, ya sea por combinación de esquemas como el Fonte-Romanesca, o mediante la incorporación de nuevos esquemas (como el Lully, el Heartz o la Volta). Al no ser en su mayoría términos descriptivos (otros sí lo son, como progresión por quintas, o el propuesto por IJzerman tercera descendente, segunda ascendente) me da la sensación de que la proliferación de designaciones puede acabar siendo bastante liosa, sobre todo para los estudiantes.
[3] Para conocer más sobre la revolución que supuso el partimento y la teoría de esquemas son muy recomendables las charlas del podcast The Nikhil Hogan Show, donde entrevista a alguno de  los principales investigadores responsables de este movimiento como Robert Gjerdingen [Music in the Galant Style], Giorgio Sanguinetti [The art of partimento] y Peter van Tour [Counterpoint and partimento].
[4] La regla de la octava era una manera prototípica de armonizar escalas ascendentes o descendentes del bajo, de manera que a cada grado de la escala le correspondía una sonoridad. Existieron diversos modelos con sutiles variantes según los diferentes maestros y épocas.
"En la segunda mitad del siglo XVIII, una versión de la regla de la octava ganó prominencia y fue incluida por Fenaroli en su Regole e partimenti; la denominamos escala estándar o escala de Fenaroli" (Sanguinetti, The Art of Partimento, p. 114)
“La base teórica de esta versión de la Regla es el emparejamiento de los grados más estables de la escala, 1ˆ y 5ˆ, con el intervalo más estable -la 5ª justa-, mientras que los grados de escala restantes se asocian con la menos perfecta 6ª. Para crear impulso hacia los puntos de estabilidad, los acordes que
preceden a 1ˆ y 5ˆ incluyen disonancias. Por este principio, la Regla toma formas distintas según sea ascendente o descendente” (Sánchez-Kisielewska, O., The Rule of the Octave in First-Year Undergraduate Theory: Teaching in the Twenty-First Century with Eighteenth-Century Strategies)
Puedes encontrar más información sobre la Regla de la octava en la web Monuments of Partimenti.
Actualización 17/04/2021: Puedes encontrar una fantástica introducción a la regla de la octava en este vídeo de Early Music Sources
[5]Gjerdingen es aún más radical en este aspecto llegando a afirmar que el análisis mediante números romanos fue diseñado para amateurs [!] lo cual, aunque fuese cierto no disminuye su valor como herramienta analítica. El que sea ciertamente anacrónico aplicarlo a música del XVIII tampoco le resta, en mi opinión, valor como herramienta.
[6] En determinados contextos sí que puede ser conveniente la diferenciación. En su traducción de las Regole de Fenaroli, Gjerdingen aclara su elección: "Because the concept of the scale degree or scale step is so central to the Neapolitan school of partimenti, and because the welter of numbers for both intervals and scale degrees can be confusing, scale degrees in the bass will be marked by numbers in white circles (e.g., ①) and scale degrees in the melody by numbers in black circles (e.g.,❷)". Dado que en su anterior libro, A classic turn of phrase no hacía esta diferenciación parece ser este el caso concreto que le llevo a proponer esta notación.
[7] La notación ❶ ❷ ❸… es ciertamente impracticable si la quieres escribir a mano. Es quizá por eso que en The art of partimento (2012) Sanguinetti, como IJzerman aquí, ya emplea 1ˆ para la voz superior. Algunos otros autores ya siguen esta práctica y parece posible que llegue a estandarizarse.

24 septiembre 2017

Una lección de contrapunto con G. B. Pergolesi

A principios del siglo XVII la cuidad de Nápoles contaba con cuatro conservatorios en los cuales se formaron sucesivas generaciones de compositores. Los conservatorios habían nacido como orfanatos que ofrecían enseñanza musical como posible salida laboral para los niños. De entre los muros de los conservatorios napolitanos salieron compositores como Giovanni Paisiello, Domenico Cimarosa, Domenico Scarlatti, Vincenzo Bellini y Giovanni Battista Pergolesi entre otros.

La formación de los compositores se llevaba a cabo principalmente a través de dos vías complementarias: improvisación al teclado y contrapunto escrito.

La improvisación se realizaba con la ayuda de partimenti. Los partimenti eran bocetos, escritos en un único pentagrama, cuyo propósito principal era servir de guía para la improvisación de una obra en un instrumento de teclado.[1]

En un primer momento estos partimenti servían como una abreviatura para el intérprete, empleada por ejemplo por los organistas en los servicios litúrgicos. Posteriormente comenzaron a ser empleados como herramienta pedagógica. Mediante su uso los alumnos aprendían a reconocer determinados giros melódicos y a asociarlos con diversas realizaciones contrapuntísticas que debían ejecutar directamente al teclado. Se trataba pues de un aprendizaje eminentemente práctico. Una característica importante de esta enseñanza es que estaba fundada sobre una tradición oral: el maestro explicaba los detalles de la realización de los partimenti a sus alumnos directamente sobre el instrumento. Cuando esta tradición oral se rompió, el arte de la elaboración de estos partimenti se perdió y esta práctica cayó en el olvido.
El problema es que al ser una tradición oral, los mecanismos empleados se codificaron de manera muy somera en los tratados. Se conservan multitud de colecciones de partimenti (sobre todo manuscritos), pero estos están generalmente acompañados de muy poco texto explicativo

Domenico Cimarosa: Partimenti

Para intentar descifrar hoy en día las técnicas empleadas para convertir una simple línea de música en una obra musical polifónica, además de algunas realizaciones plasmadas en papel[2], apenas disponemos de escuetas indicaciones provenientes de los cuadernos de notas de los alumnos (conocidos como zibaldoni) y de pequeños listados realizados por los maestros como referencia o recordatorio, conocidos como princìpi o regole. Las reglas, además de ser muy sucintas, solo se referían a las cuestiones más elementales de la realización.


Francesco DuranteRegole per l'accompagnamento


Como explica Giorgio Sanguinetti en su reveladora monografía The Art of Partimento los autores de las reglas para los estudiantes de los conservatorios napolitanos “se apoyaban en las tradiciones que compartían estos conservatorios para aportar la explicación ausente. En otras palabras, su desdén por la formalización depende del hecho de que el partimento era mayormente una doctrina esotérica; solo para insiders. Se suponía que solo dedicados profesionales maestros y principiantes tenían acceso a ella, en un cerrado círculo de iniciados: capillas, enseñanza privada y especialmente los cuatro conservatorios napolitanos.”[3]

Dado el olvido al que estaba abocado hasta hace pocos años es difícil hacerse una idea de cuan relevante llegó a ser este tipo de instrucción en su tiempo.  Sanguinetti describe un hecho que pone de relieve esta importancia. A comienzos del siglo XIX, el teórico francés Alexandre-Étienne Choron, junto al napolitano Vincenzo Fiocchi, publicó una antología de partimenti bajo el título de Principes d’accompagnement des écoles d’Italie. Pocos años más tarde complementó este trabajo con la publicación de extenso un compendio de tratados titulado Principes de composition des écoles d’Italie que incluía también numerosos partimenti de maestros como Leo, Durante y Fenaroli. Debido al alto coste de la publicación, esta se hizo por subscripción, de manera que los interesados debían adelantar el dinero para patrocinar la publicación. Un crowdfunding en toda regla, vaya. Al igual que ocurre con frecuencia hoy en día con este tipo de iniciativas, la publicación incluye la lista de suscriptores/patrocinadores/mecenas que la hicieron posible. Así, en las primeras páginas del primer volumen nos encontramos una impresionante lista que incluye numerosos músicos ilustres de la Europa del momento como Cherubini, Clementi, Haydn y Beethoven entre muchos otros.

¿Creías que el crowdfunding era algo moderno?
Fragmento de la lista de suscriptores de la publicación de
Principes de composition des écoles d’Italie (1808)

El otro pilar de la formación de los compositores era el contrapunto escrito. El acercamiento a esta disciplina era diverso según los diversos maestros. Mientras Leonardo Leo trabajaba un contrapunto estricto al estilo de Fux, otros como Francesco Durante cultivaban un estilo más libre y de carácter más armónico. En todo caso, el estudio del contrapunto representaba la parte más especulativa del estudio de la composición y su finalidad era la obtención de una escritura polifónica refinada en la conducción de las voces (cualidad que pasaba a un segundo plano en las improvisaciones) así como el estudio en profundidad de procedimientos complejos como disminuciones e imitaciones.

La fuga era el objetivo final tanto de los estudios de partimento como de los de contrapunto. Una fuga de Giovanni Battista Pergolesi nos servirá para ejemplificar cómo ambos caminos se unen en la producción de los compositores formados en la tradición napolitana.

Pergolesi estudió en el conservatorio I poveri di Gesù Cristo entre 1720 y 1725 con tres renombrados maestros: Gaetano Greco, Leonardo Vinci y Francesco Durante.

Para Fac, ut ardeat cor meum, el octavo número de su célebre Stabat Mater (1736), Pergolesi escribió una fuga doble (fuga con il controsoggetto) en la que el segundo sujeto acompaña al sujeto desde la primera entrada del mismo, no esperando a la respuesta[4], algo habitual en las fugas vocales de estilo napolitano[5]






En esta ocasión no nos fijaremos en las entradas temáticas sino en los episodios que se intercalan entre las apariciones del sujeto.
Comencemos por el primer episodio (compás 9). Se basa en una simple escala ascendente del bajo. 




Como buen alumno, Pergolesi se ciñe a una sucinta y a su vez eficaz regla que por entonces habrá aplicado cientos de veces en la realización de partimenti (el Stabat Mater fue compuesto durante las últimas semanas de su vida). La regla, tal y como la redacta su maestro Durante[6] dice:


Quando ascende vuole 5ª e poi 6ª
Cuando [el partimento] asciende requiere la quinta y luego la sexta

Fuente: Gjerdingen


Pergolesi se limita a articular ese cambio de la quinta a la sexta con un motivo rítmico que aparecerá en numerosas ocasiones durante el movimiento. 


El episodio que comienza en el compás 24 se realiza de la misma manera, aunque invirtiendo la posición de las voces superiores.



En el compás 38 encontramos el caso contrario, es decir el bajo desciende por grados conjuntos. 




De nuevo una somera regla nos proporciona una solución efectiva para dicho pasaje.

Quando il partimento discende di grado vuole 7ª e poi 6ª
Cuando el partimento desciende por grados conjuntos, requiere la 7ª y luego la 6ª

Pergolesi se limita a hacer por movimiento contrario el motivo que antes originaba el 5-6, para efectuar ahora el 7-6.


En la anacrusa del compás 31 encontramos otro caso diferente, en el que el bajo desciende por grado conjunto, pero esta vez con ligaduras que le confieren un ritmo sincopado.




De nuevo una regla de Durante proporciona una solución efectiva.

Quando lega il partimento sopra la nota legata ci vuole 2ª e 4ª
Cuando el partimento está ligado, requiere la 2ª y la 4ª sobre la nota ligada

Aunque la regla no lo dice de manera explícita,
los ejemplos muestran al alumno como los acordes de 4/2
se dirigen a acordes de 6ª
Fuente: Gjerdingen



Como vemos las reglas del partimento no hablan de tipos de acordes, sino que al igual que el cifrado del bajo continuo, simplemente especifican los intervalos que pueden sonar sobre el bajo.[7]

Como buen alumno napolitano, Pergolesi echa mano también de las técnicas aprendidas en el estudio sistemático del contrapunto. En primer lugar, hace uso de la inversión. En el compás 40, la escala ascendente del primer episodio se encuentra no en el bajo sino en la melodía. Tal y como aparecía en el compás 9 no era invertible, por lo que Pergolesi lo modifica ligeramente desplazando el motivo rítmico y su acentuación (antes acéfalo y ahora anacrúsico).  Además, el motivo ahora discurre en terceras paralelas.



La música de los compases 63 y siguientes ejemplifican como Pergolesi asocia una regla de partimento con una elaboración contrapuntística.



En este caso en particular, Pergolesi emplea una regla para la cual Durante no acompaña ningún texto, sino que simplemente se vale de ejemplos.

Moto di 7a di sbalzo
Movimiento de 7as por salto



Del ejemplo se deduce que cuando el bajo desciende por quintas y asciende por cuartas sucesivamente (es decir, siguiendo el círculo de quintas descendentes) se pueden emplear séptimas sobre cada nota. Pergolesi elabora este bajo fundamental con disminuciones melódicas con reminiscencias temáticas.
Además, como alumno aplicado que es, el compositor sigue otra de las reglas de su maestro:

Della formazione della 7a la quale nasce dall' 3a.
De la formación de la 7ª, la cual nace de la 3ª

Disminución melódica de las quintas descendentes del bajo
y su relación con el contrasujeto.


Para rematar la faena, un par de ejemplos más que si bien se basan en estructuras tan simples como las anteriores (secuencia descendente 7-6 y ascendente 5-6) son ahora elaboradas imitativamente a partir del motivo que inicialmente daba lugar al cambio 5-6 en el compás 9 haciendo uso además de un expresivo cromatismo tanto en el pasaje descendente (compás 50) como en el ascendente (compás 57).





Estructura subyacente, compás 50
Comparar con compases 24 y 38




Estructura subyacente, compás 57
Comparar con compás 40




Pergolesi ejemplifica así cómo el acercamiento práctico del partimento, así como el especulativo del contrapunto estricto se aúnan bajo las manos de un hábil compositor, o como dirían en el siglo XVIII, un hábil contrapuntista.

Parece que en este breve movimiento de poco más de dos minutos de duración Pergolesi se afana por mostrar el mayor número de herramientas compositivas de su catálogo. Unas herramientas nacidas de la instrucción dentro de una gloriosa tradición caída prácticamente en el olvido que gracias al fabuloso trabajo de investigadores como Gjerdingen y Sanguinetti hoy vuelven a captar nuestro interés.


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Fuentes consultadas:
Sanguinetti, Giorgio. The Art of Partimento, OUP
Christensen, Gjerdingen, Sanguinetti & Lutz. Partimento and continuo playing in theory and in practice, Leuven University Press
Saguinetti, Giorgio. “Gli schemi di partimento in alcune composizione sacre di Pergolesi: modelli, materiali e transformazioni”, en Studi Pergolesiani  9

Para saber más 
Partimento: 5 levels of realization




[1] Sanguinetti, The Art of Partimento, p. 14
[2] “Desafortunadamente, partimenti escritos o “realizados” son infrecuentes, y normalmente pertenecen a un período posterior de la práctica del partimento (…) Se conservan muy pocas realizaciones escritas del siglo XVIII”. Sanguinetti, The Art of Partimento, p. 50
[3] Sanguinetti, The Art of Partimento, p. 10
[4] Sanguinetti, The Art of Partimento, p. 317
[6] En la web Monuments of Partimenti [versión actualizada aquí] se encuentran disponibles las colecciones de reglas de diversos maestros, así como gran cantidad de partimenti, recopilados por Robert O. Gjerdingen.
[7] Las realizaciones de partimento y de bajo continuo comparten, de hecho, algunos principios básicos aunque difieren en sus objetivos y su ejecución: “Un partimento es una pieza a solo, cuyo objetivo en enseñar composición vía improvisación, mientras que el objetivo de la interpretación del bajo continuo es el acompañamiento (…) Lo que separa de manera más específica al partimento del acompañamiento es que, en la interpretación de un partimento, el intérprete debe crear una pieza que sea temáticamente marcada y musicalmente autosuficiente.” Sanguinetti, The Art of Partimento, p. 98.