Escucha
con atención este solo de flauta kaval.
¿Has
notado algo raro? Si te fijas, el sonido de la flauta no se ha detenido ni un
instante durante más de cinco minutos. Quizá te preguntes cómo es esto posible.
Pues bien, el intérprete ha empleado una técnica conocida como respiración
circular que permite tocar la flauta (o cualquier otro instrumento de viento)
de manera continua mientras se toma aire. Como nos cuenta el flautista Robert
Dick “esta contradicción aparente —exhalar para tocar mientras se inhala para
respirar— se realiza almacenando el aire en la boca y mejillas y utilizando
este aire para tocar mientras se inhala por la nariz. Aunque está considerado
como una habilidad radicalmente nueva en la música clásica occidental, es una
técnica muy antigua y constituye el método habitual de respiración de los
flautistas de varias partes del mundo, entre los que están los intérpretes del
kaval búlgaro [también usado en los Balcanes y Turquía] y de las flautas narh
de la provincia de Rajastán, en la India.”[1]
Esta
técnica permite por ejemplo interpretar obras que no estaban en principio pensadas
para instrumentos de viento, y que por lo tanto no disponían de lugares
apropiados para respirar sin romper la continuidad de la música, como el Moto
perpetuo que Paganini escribió para el violín.
(Vale,
quizá tampoco es una maravilla de repertorio, pero también lo podemos aplicar a
Bach…)
Llegar a dominar la respiración continua requiere práctica (se pueden encontrar tutoriales en youtube para diversos instrumentos [flauta][trompeta]) y suele ser más habitual con algunos instrumentos que con otros: encontrarás muchos más oboístas que lo dominen que flautistas, por ejemplo. De
todos modos si te da pereza aprender esta técnica siempre puedes optar por la opción sencilla y pillarte un
Aerophor...
Fuente |
A
principios del siglo XX, el flautista holandés Bernard Samuels inventó este extraño
artilugio consistente en un fuelle accionado por el pie con un tubo conectado a
la boca, al lado de la boquilla del instrumento correspondiente, que aportaba aire para insuflar
en el mismo, mientras se respiraba normalmente por la nariz.
Desconozco cuál sería el resultado sonoro, o si aprender a usarlo
con éxito sería más fácil que aprender a hacer respiración circular, pero el caso
es que el propio Richard Strauss promovió su uso, abogando explícitamente por
su empleo tanto en la partitura del Preludio Festivo como en la de la Sinfonía
alpina. No sé,
pero conociendo a Strauss me da la sensación de que su recomendación del
Aerophor respondía más a razones de marketing que a razones estrictamente
musicales...
Artículo alabando las bondades del Aerophor aparecido en The Independent, 7 de Septiembre de 1914 |
25 redondas ligadas a tempo lento ¡Trae para acá ese fuelle! |
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