Los primeros años del siglo XX fueron especialmente intensos para Maurice
Ravel. Por aquella época el joven músico intentaba abrirse un hueco en el mundo
de la composición, y para ello se presentó en repetidas ocasiones al prestigioso Prix de Rome que concedía la
Academia de Bellas Artes y que posibilitaba una estancia de estudios de dos o
tres años en Roma. Se presentó en los años 1900, 1901, 1902, 1903 y finalmente
en 1905, alcanzando “únicamente” un segundo premio en 1901 por su cantata
Myrrha. Durante estos años Ravel compuso su Pavana para una infanta difunta
(1899) y los Jeux d’eau (1901), ambas para piano (aunque la Pavana fue
posteriormente orquestada por el mismo Ravel). También pertenece a esta época
su Cuarteto de cuerda en Fa Mayor.
Compuesto entre los años 1902 y 1903, fue estrenado el año siguiente por el cuarteto Heymann. La recepción de la obra fue bastante desigual: el dedicatario de la misma y profesor de Ravel, Gabriel Fauré, criticó el último movimiento afirmando que era “raquítico, poco equilibrado y de hecho un fracaso”, mientras que al parecer Claude Debussy se mostró favorable a la composición, dedicándole a Ravel las siguientes palabras: “En nombre de Dios y en el mío propio, te imploro que no cambies una sola nota de tu cuarteto”.[1]
Compuesto entre los años 1902 y 1903, fue estrenado el año siguiente por el cuarteto Heymann. La recepción de la obra fue bastante desigual: el dedicatario de la misma y profesor de Ravel, Gabriel Fauré, criticó el último movimiento afirmando que era “raquítico, poco equilibrado y de hecho un fracaso”, mientras que al parecer Claude Debussy se mostró favorable a la composición, dedicándole a Ravel las siguientes palabras: “En nombre de Dios y en el mío propio, te imploro que no cambies una sola nota de tu cuarteto”.[1]
La obra se compone de cuatro movimientos que se relacionan ciclícamente. El
primer movimiento nos presenta una forma sonata bastante clara. En la
exposición encontramos el primer tema en Fa Mayor, una transición relativamente
larga y el segundo tema. Este segundo tema no se presenta en la tonalidad de la
dominante (Do mayor), que sería lo más habitual, sino en la tonalidad relativa
menor, esto es re menor. Como es característico en Ravel, usa colores modales
ya que no emplea la sensible, sino que en este caso hace uso la escala menor
natural (el modo eolio). Estos colores modales son empleados durante toda la
obra y le dan parte de su especial color. Tras un desarrollo en el que
sonoridades octatónicas se unen a las sonoridades modales llegamos a la
reexposición que nos presenta el primer tema, de nuevo en la tonalidad
principal de Fa Mayor. Tras la correspondiente transición nos encontramos con
el segundo tema, que de acuerdo la práctica habitual se presenta en la
tonalidad principal, Fa Mayor. Sin embargo, si nos fijamos bien, aquí Ravel realiza un
truco digno del más hábil prestidigitador.
Tomemos los primeros compases de este segundo tema y
comparémoslos con los cuatro primeros compases del mismo tema en la exposición.
¡Tanto los violines como la viola tocan exactamente las mismas notas que en la
exposición! ¿pero no habíamos dicho que en la exposición el tema estaba en re
menor y en le reexposición estaba en Fa Mayor?. Pues así es, solo que en vez de
transportar el pasaje completo una tercera más agudo, Ravel se conforma con
cambiar los pizzicatos del violoncello, de manera que el contexto armónico
cambie completamente, y las mismas notas suenen en nuestro oído con una función armónica diferente.
2º tema en la Exposición |
2º tema en la Reexposición |
Cómo todo buen ilusionista, Ravel realiza su truco de una manera absolutamente fluida, casi sin que nos demos cuenta. Por supuesto esto requiere una estudiada preparación del terreno: los
compases previos al comienzo del segundo tema tanto en la exposición como en la
reexposición preparan de manera efectiva las tonalidades que Ravel quiere que oigamos en cada momento (re menor y Fa Mayor respectivamente).
[1] No existen pruebas documentales que confirmen este hecho (Williams,
G., Ravel. The string quartet. Mayflower study guides, p. 9)