15 octubre 2021

Música y malabares

¿Será posible explicar cómo funciona la música* con malabares? Vamos a intentarlo.

[*Buena parte de la música, especialmente entre mediados del XVII y mediados del XIX]



Más allá de que tanto para hacer música como malabares se requiera mucha habilidad y coordinación…



[De la locura que es que este tío esté leyendo a primera vista hablamos otro día]



…y de que tanto la música…

Fuente


…como los malabares se puedan codificar con números…


...podemos encontrar más analogías entre las dos cosas.

Al hacer malabares se realizan una serie de trucos o patrones.


Y lo mismo ocurre con la música. Se emplean una serie de patrones preestablecidos: schemata, secuencias etc. Muchos de ellos los puedes encontrar en partimenti.org/schemas/collec…


[Aprovechando que los materiales de http://partimenti.org son de dominio público he traducido el documento sobre prototipos de esquemas. Puedes descargarlo aquí]

Hace algún tiempo por aquí hablábamos de uno de esos esquemas preestablecidos, el Meyer

Y aquí tenemos algún ejemplo más del mismo esquema en Beethoven. 


Estos patrones se pueden enlazar unos con otros. Si esta sucesión de patrones está planeada estamos haciendo una rutina. 


Una partitura no es otra cosa que “rutina musical planeada” en la que se suceden los diferentes patrones.
En el siguiente vídeo podemos ver los patrones que emplea Mozart en una sonata, señalados por Gjerdingen en Music in the galant style.



Pero los patrones también se pueden enlazar de forma improvisada, tanto haciendo malabares…



…como música.

Las denominaciones de los patrones en este vídeo están tomadas del libro Tonal Tools
y difieren de las propuestas por Gjerdingen. El uso de estos términos está menos normalizado en la literatura.


Para profundizar más en la relación entre improvisación y esquemas puedes echarle un vistazo a este hilo.

Aunque parezca que usar patrones limita la creatividad esto no es así ya que cada patrón se puede variar y modificar de manera casi infinita.
Pongamos por caso el patrón más sencillo de tres bolas: la cascada.




Aquí podemos ver algunas variaciones simples del mismo patrón.


Como equivalente musical tomaremos la Romanesca, el primer esquema que presenta Gjerdingen en Music in the galant style. 
Este patrón se puede entender de diversas maneras. Por ejemplo como una progresión cuyo modelo de dos acordes en estado fundamental (separados por una cuarta descendente) se repite una 3ª más abajo, de manera que el bajo realiza un patrón de cuarta descendente y segunda ascendente.


Como indica Gjerdingen también se puede describir como una solución común a un problema práctico en la composición: cómo añadir una tercera voz (en naranja), sin introducir quintas paralelas u octavas, a un par de voces que se mueven en terceras paralelas descendentes (en verde).



Aquí un ejemplo que todo conocemos basado en el esquema de la romanesca.


Pero los ejemplos de este patrón son innumerables, incluso hasta entrado el s. XX.
En el cuarto movimiento de la 9º de Mahler (1908/9) aparece de manera recurrente.


Más instrumentos y más adornos pero el esquema es el mismo. Lo vemos más claro si nos fijamos en los trombones 1 y 2 y la tuba.

[Nota: Antes dijimos que el patrón en el bajo era de cuarta descendente y segunda ascendente. Aquí también ocurre, de la a  si♭♭ aunque  enarmonizado como la♮. Además Mahler modifica levemente el esquema usando 6 (el si♭♭  enarmonizado como la) en vez del 6 grado de la tonalidad, que sería si, empleando un intercambio modal (usar notas de la escala menor homónima en mayor) muy típico del romanticismo, pero que Pachelbel ni se habría planteado].


Volvamos ahora a los malabares. Una variante de la cascada consiste en darle la vuelta al patrón: en vez de lanzar cada bola por debajo de la anterior lanzarlas por encima. Así haremos esta variación llamada cascada inversa.



Del mismo modo le podemos dar la vuelta a nuestro patrón musical. Una variante de la romanesca consiste en añadir una tercera voz a las terceras paralelas, pero que esta voz añadida no esté en el bajo sino en alguna de las voces superiores. 
De este modo se produce un esquema similar en el que el bajo discurre por grados conjuntos y que consecuentemente Gjerdingen denomina Romanesca por grados conjuntos.



¿Cómo de frecuentes son estos patrones? Pues mucho más de lo que imaginas. Tomemos este último, la romanesca por grado conjunto. En La flauta mágica lo podemos encontrar unas cuantas veces. Aquí lo escuchamos primero en la orquesta y luego también en las voces.


En el siguiente ejemplo encontramos el mismo esquema, pero con un carácter bien diferente en un pasaje que seguro que conoces. Aquí en vez de terceras hay décimas (es decir terceras pero una octava más aguda) y las voces superiores intercambian de vez en cuando su posición.


Podemos variar aun más nuestro patrón, por ejemplo haciendo las cascada inversa con las manos cruzadas.


Si te fijas, una de las figuras de la imagen que aparece al principio de la entrada, tomada de una pintura egipcia de ca. 1994-1781 a. C.  parece estar haciendo este truco. 



También en La flauta mágica Mozart emplea de nuevo la romanesca por grado conjunto, pero ahora en vez de mantener las terceras, estás se van mezclando entre las voces, como los brazos en el patrón. Se mantiene el bajo y la sucesión armónica I V VI III IV I.


Para saber más sobre la romanesca:
Otra forma de variar un truco es cambiando el número de bolas. 
En el siguiente vídeo podemos ver una demostración con el Mill's mess, uno de mis patrones favoritos, que consiste en cruzar las manos alternando cada vez la posición de la una sobre la otra.



Esa misma idea la podemos aplicar al número de voces. Aquí el esquema es una simple escala ascendente en el bajo.


Esos ejemplos eran meramente didácticos, pero aquí van un par de ejemplos de escala en el bajo en obras. Bach es bastante chulito, así que lo realiza a 5 voces  (1'33'').


Mendelssohn lo hace a 7 voces (A pesar de ser un octeto, en este fragmento el segundo cello simplemente dobla al primer cello a la octava, y por tanto no realiza una voz independiente) (14'54'').



Como dijimos los patrones se pueden variar de manera casi ilimitada. En el siguiente ejemplo Hélène de Montgeroult emplea el mismo patrón pero con una textura muy diferente. Aunque la concepción es más vertical (acordes) en esencia es el mismo patrón, una escala ascendiendo desde la tónica en el bajo.
Además, igual que ocurre tanto en el ejemplo de Bach como en el de Mendelssohn, en cada ascenso del bajo se producen dos retardos: 9-8 y 7-6.


Los patrones y trucos también se pueden combinar o anidar (integrar uno dentro de otro). Aquí vemos como se integra el multiplex (lanzar varias bolas simultáneas con la misma mano) con la cascada.


En el siguiente vídeo podemos ver un ejemplo de esquemas anidados en el segundo movimiento de la 40 de Mozart. El esquema Meyer que vimos al principio aparece dos veces, la segunda transportado, formando a mayor escala entre ambos un esquema Fonte.



Las variaciones más extremas pueden dar lugar a cosas que parecen completamente nuevas pero que toman como punto de partida un patrón conocido.

Lo que hace Peter Irish en este vídeo no es otra cosa que la cascada de tres bolas. 
Eso sí, ¡una con las manos y al mismo tiempo otra con los pies!

Ese tipo de variación que llega a camuflar un patrón conocido ocurre en esta deliciosa Mazurka del "Chef" Chopin que comenté hace algún tiempo aquí.



Otro día seguiremos hablando de más patrones musicales. De momento os dejo con patrones malabares, algunos realmente alucinantes.




Puedes consultar ejemplos de los principales esquemas en esta wiki.